La importancia de los vegetales en la dieta

Investigaciones publicadas en una revista de la Asociación Americana del Corazón y llevadas a cabo por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Minnesota y de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, demostrarían que comer más alimentos nutritivos de origen vegetal es mucho más saludable para el corazón, independientemente de la edad de la persona. Ahora bien, en ambos estudios los investigadores descubrieron que tanto las personas adultas jóvenes como las mujeres posmenopáusicas sufrían manos ataques al corazón y tenían menos probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares cuando se alimentaban con un mayor número de alimentos de origen vegetal.

Actualmente está demostrado que las verduras y las frutas son alimentos imprescindibles dentro de una alimentación saludable. La dieta mediterránea, caracterizada por un alto consumo de productos de origen vegetal, entre los que se encuentran las verduras, frutas, legumbres, frutos secos, cereales, aceite de oliva, etc., es un claro referente. Así lo reconoció la Unesco el 16 de noviembre de 2013 al declarar la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Los principales beneficios que le aporta a nuestro organismo consumir verduras con asiduidad son:

  • Son una gran fuente de vitaminas, sobre todo de los grupos A, B y C, lo que ayuda al reforzamiento de nuestras defensas frente a infecciones, fortalecen nuestro sistema nervioso y ayudan a que nuestro organismo absorba el hierro y calcio que necesita.
  • Ricas en minerales como el hierro, zinc, fósforo, magnesio, potasio, sodio, cobre, yodo, etc., muy importantes para que el organismo se mantenga sano. Su importancia radica en que el organismo utiliza los minerales para que se lleven a cabo los procesos químicos y eléctricos en el mismo, su exceso o carencia puede dar lugar a enfermedades.
  • Su aporte de antioxidantes resulta crucial para cuidar del estado de nuestras células, previniendo enfermedades cardíacas, controlando la presión arterial o reduciendo el riesgo de padecer un derrame cerebral.
  • Son ricas en fibra, por lo que favorecen nuestra salud gastrointestinal y las convierte en excelentes reguladoras del tránsito intestinal, previniendo y reduciendo los problemas de estreñimiento, la diverticulosis y el cáncer de colon.
  • Bajas en grasas y colesterol malo o LDL, sin embargo, favorecen el incremento del colesterol bueno o HDL. Al incorporarlas a nuestra dieta, por su bajo aporte en grasas, reducen la probabilidad de padecer enfermedades del corazón, a la vez que son un alimento ideal para las dietas de adelgazamiento y para todas aquellas personas que tienen problemas de obesidad.
  • Ayudan a mantener el equilibrio hídrico en el organismo, ya que el 90 – 96 % de las verduras es agua. Son muy adecuadas en dietas para la retención de líquidos.

El consumo de verduras debe ser diario, la naturaleza nos ofrece una gran cantidad y variedad de verduras disponibles a lo largo de todo el año. La mejor manera de aprovechar todas sus propiedades es consumiéndolas en crudo, pues en la cocción quedan en el camino muchos de los nutrientes. Además, si vosotros queréis comprobar como estáis realmente, nosotros os recomendamos que os paséis por Feedbiota y es que ellos os analizarán la microbiota intestinal, por lo que tendréis una aproximación fiable de vuestro estado real de salud.

La cocina en crudo

Las elaboraciones de alimentos en crudo son excelentes para aprovechar todas las cualidades de los alimentos, además de ser una buena opción para la temporada de calor, pues resultan frescas y son fáciles y rápidas de preparar. Es un tipo de cocina muy habitual entre la gente que sigue una dieta vegetariana. Actualmente, esta forma de preparar los alimentos, conocida también como la raw food o cocina crudivegana, está muy de moda entre personajes tan famosos a nivel mundial como Natalie Portman, Donna Karan o Elettra Wiedermann. Las ventajas, son muchas, es muy saludable, mejora el aspecto de la piel, control de peso, sensación de ligereza, más energía…, y se basa en alimentos como frutas, verduras, semillas, frutos secos… con lo que se pueden preparar platos como steak tartar, ensaladas de todo tipo, batidos, gazpachos, cremas frías, carpaccio, ceviche, etc.

A diferencia de la cocina elaborada, en la que se eliminan los posibles microorganismos potencialmente peligrosos para nuestro cuerpo que las verduras pudieran contener en el proceso de cocción, en este tipo de cocina debemos seguir una estricta y escrupulosa manipulación de las verduras, lavando a conciencia todos los productos vegetales antes de degustarlos. Lo ideal es utilizar en primer lugar, un barreño para limpiar y desinfectar, en el que se hayan vertido algunas gotas de lejía alimentaria, para quitar y eliminar todas las impurezas y posibles patógenos que pudieran contener. Para a continuación volver a lavar la verdura con agua corriente.

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