Todo lo que hay que saber sobre los cotos de caza

En la actualidad la caza está muy mal vista. Se nos olvida que los humanos somos cazadores por naturaleza y si hemos llegado hasta aquí, ha sido en gran medida por esta causa. Quizá no sea un buen razonamiento, pero si es la realidad. Nos guste o no, somos depredadores, con conciencia, lo que lo convierte en algo peor. Sin embargo, la caza, pese a estar mal vista por una inmensa mayoría, tiene aspectos positivos y, practicada de la forma adecuada y en los lugares correctos, contribuye a mantener el ecosistema.

Otra cuestión diferente es la caza ilegal o indiscriminada que no debería existir y, de hecho, está prohibida y penada por la ley. En cualquier caso, existen muchos detractores pero también amantes de la caza, por lo que vamos a escribir este artículo con objeto de que se conozcan algunos aspectos sobre la caza, partiendo de los cotos. Tanto para aquellos que se sienten atraídos por este mundo como para aquellos que lo desconocen y critican sin conocer, adentrarse en la materia, puede ayudar a despejar dudas y abrir un hueco a la tolerancia. A fin de cuentas, la caza es una realidad que difícilmente, va a desaparecer.

Puesto que no somos muy expertos en estas lides, nos hemos acercado al Cortijo el Sapillo que cuentan con un coto de caza, para informarnos de primera mano sobre todo lo relativo a estos terrenos que, son utilizados con la finalidad de practicar la caza. Este tipo de terreno, puede ser de carácter público o privado y se encuentra sujeto a una regulación y normativa específica que varía en función de la región y el país en el que se encuentre. Por lo general, lo cotos de caza se administran y gestionan por organizaciones o empresas que se ocupan de todo lo relacionado con la fauna y el terreno.

Temporada de caza y donde cazar

Existe una variedad en lo que a temporada de caza respecta. Esta va en función de la región y del país. En España, por citar un ejemplo que, además es lo que nos atañe, la temporada de caza mayor se inicia en octubre y finaliza en febrero. Por otro lado, la temporada de caza menor, comienza antes, en agosto, finalizando igualmente en febrero. Resulta de gran importancia tener en cuenta que la temporada de caza se encuentra sujeta a las regulaciones específicas de cada lugar. Por lo que antes de lanzarse a la aventura, hay que informarse sobre dichas regulaciones y normativas, para planificar correctamente una batida o cacería.

A priori, encontrar un coto de caza cerca de una región o localidad, puede parecer todo un desafío. Sin embargo, estando en posesión de la información necesaria, se convierte en una misión menos imposible. Uno de los primeros recursos, es acercarse a las asociaciones locales de caza y pesca que suelen mantener los listados de cotos disponibles, actualizados y accesibles. También es posible ponerse en contacto con las entidades gubernamentales que se relacionan con la gestión medioambiental y, por consiguiente, de la fauna. Hablamos de agentes forestales o agencias de medioambiente, puesto que suelen tener información sobre los diferentes cotos de caza que se encuentran legalmente regulados.

A parte de estas opciones, es posible consultar mapas topográficos en los que es posible visualizar in situ las zonas de caza adecuadas. Identificar corredores de vida salvaje y silvestre, zonas de alimentación y refugios naturales que ayudan a la hora de seleccionar el lugar de caza preferente. No hay que dejar al lado el hecho de hablar con propietarios de tierras locales, algunos pueden llegar a permitir la caza en sus terrenos privados o ayudarte en la búsqueda de cotos cercanos y desconocidos.

En nuestro país, lo mejores cotos de caza se encuentra en Andalucía, Castilla La Mancha y Extremadura. Algunos de los cuales tienen unas grandes dimensiones, como el de Valdepuercas en Cáceres, que cuenta con dieciocho mil hectáreas para deleite de los cazadores. Este es el coto de caza más grande del país, seguido de la finca La Garganta en Ciudad Real con quince mil. A lo largo y ancho de la geografía española, es posible encontrar destacadas zonas que constituyen epicentros para la caza, todas conocidas de sobra por los amantes de esta peculiar actividad.

Antes de adentrarnos en el funcionamiento de los cotos de caza, queremos comentar los costes. Puesto que acceder a un coto de caza no es gratuito. Los cazadores tienen que realizar un pago por entrar a cazar. Esta tarifa es variable en función de la región y el país. Siendo por lo general, más costosos los cotos privados que los públicos. Además, el coste también puede variar a razón de la época del año, la especia de caza que se pretende cazar o la zona y el prestigio. Existen otros gastos inevitables y recurrentes que hay que contemplar a la hora de cazar en los cotos.

El precio de la tarjeta puede variar debido a muchos factores, siendo la horquilla de los cien a los mil quinientos euros anuales, como mínimo. A esto hay que añadir el coste de las licencias y los seguros necesarios. La licencia federativa autonómica, la licencia de caza y el permiso de caza para el animal en concreto que se pretende cazar… Estos datos dan fe de la caza legalizada no es indiscriminada y tiene otra finalidad de la que hablaremos a continuación.

Funcionamiento de los cotos de caza

Como ya hemos comentado, los cotos de caza, son terrenos de carácter privado o público que se utilizan para realizar la práctica de la caza. La gestión de los mismos se regula en base a las autoridades locales y nacionales, contando con una serie de normas y regulaciones específicas e ineludibles que deben seguirse para poder cazar en ellos.

A la hora de crear un coto de caza, es primordial contar con la autorización correspondiente por parte de la autoridad pertinente como la Consejería de Medio Ambiente de la comunidad autónoma en la que se encuentre. Además, debe presentarse un proyecto detallado en el que se incluya el plan de gestión cinegética. En este proyecto se especifican las especias que habitan en la zona, las medidas de conservación a implementar y las normas de acceso y uso del coto. Tras una valoración exhaustiva y minuciosa por parte de las autoridades pertinentes, se concede una autorización que garantiza la sostenibilidad y el equilibrio ecológico del coto de caza.

La citada gestión cinegética, conlleva un control planificado de las poblaciones de fauna existentes, con el objetivo de mantener un equilibrio adecuado entre la conservación de las especies y la experiencia de los cazadores. Siendo los titulares de los cotos los responsables de implementar las medidas que sean necesarias para favorecer la producción y el mantenimiento de las citadas especies. Para lograr este equilibrio, hay que realizar controles de la población, establecer periodos de veda y adoptar las medidas necesarias para evitar y prevenir enfermedades. Además, en los cotos de caza, se promueve la diversidad biológica y se protegen a otras especies que se encuentren en el coto, lo que contribuye a la correcta conservación del ecosistema en su conjunto.

Volvemos a hacer hincapié en el hecho de que cada coto de caza de los que podemos encontrar en nuestro país, se haya sujeto a normativas específicas que rigen su funcionamiento, tanto a nivel estatal como autonómico. Estar regulaciones son las que determinan el tipo de especies cinegéticas autorizadas, los periodos de caza, las armas permitidas y las condiciones de seguridad a cumplir.

Cada coto de caza permite encontrar diferentes especies de animales, a razón de la región y el tipo de coto. En nuestro país, los animales que se pueden cazar en los cotos, incluyen ciervos, jabalíes, perdices, conejos o faisanes entre otros. En lo que respecta a los cotos de caza mayor, se destinan a la caza de animales de mayor tamaño como el citado ciervo o jabalí, el corzo, gamo o muflón entre otros. En lo que a caza menor respecta, estos cotos cuentan con animales de menor tamaño como la perdiz, la liebre o el conejo.

En este aspecto hay que tener en cuenta que cada especie que se puede cazar, tiene su propia regulación por parte de la autoridad local y nacional, existiendo normas y regulaciones específicas a seguir en función de la especie. Así mismo, la temporada de caza, varía en función de cada especie por lo que hay que estar bien informado sobre todos estos aspectos.

Tanto para cazadores en ciernes, principiantes o con larga experiencia, existen una serie de buenas prácticas éticas que deben cumplirse. No está de más citarlas para que, tanto cazadores como detractores de la caza, las tengan presentes. La primera de ellas, es la responsabilidad ambiental, por lo que el comportamiento ético y dicha responsabilidad, son esenciales para practicar la caza. Es importante respetar las regulaciones que rigen la caza, pero sobre todo, respetar la fauna y el terreno, actuar siempre de manera responsable y ética y no excederse en el cobro de piezas. Lo fundamental, es mantener el equilibrio del ecosistema y, en ese sentido, los cazadores, suelen ser de ayuda.

 

 

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