El turismo rural está viviendo un boom estos últimos años. No vamos a hablar en este artículo de las bondades de este tipo de turismo, sino de qué tienen que hacer los emprendedores para crear un negocio de estas características. Está de actualidad el tema de la “España vaciada.” Un 77% de la superficie del país apenas concentra un 10% de la población. Los habitantes de estas zonas y las autoridades hablan de repoblación y de tomar medidas para que la gente que vive allí no termine obligada a emigrar a la ciudad. Esta es la base para que las zonas rurales dispongan de unos servicios adecuados, y de conservar un patrimonio, nuestros pueblos y nuestros espacios naturales que, de lo contrario, terminarán abandonados.
El mundo rural ha vivido tradicionalmente de la actividad agrícola. Un trabajo duro y sacrificado que no reporta unos beneficios económicos acordes con el esfuerzo invertido. La irrupción del turismo rural, está permitiendo diversificar la economía de los pueblos. Hace posible que se pueda vivir en las áreas agrarias de una actividad distinta a la agricultura y a la ganadería, o dándole un enfoque distinto.
Los habitantes de algunas zonas rurales están explotando estos recursos. En ocasiones, se trata de empresarios que huyen de la ciudad y crean un negocio en el campo intentando mejorar su calidad de vida. El contacto con la naturaleza y una vida más tranquila son sus principales motivaciones, pero claro, el negocio debe ser rentable. Otras veces se trata de emprendedores del mundo rural que ponen en marcha iniciativas turísticas para mejorar la economía de su pueblo y la suya propia.
En algunas comarcas de Extremadura se están desarrollando interesantes proyectos de turismo rural, como «Las 4 esquinas», un conjunto de casas rurales ubicadas en pleno Valle de Ambroz, una región natural de gran belleza, situada al norte de la provincia de Cáceres.
Este es un ejemplo de un sector económico rentable que ayuda a poner en valor nuestros pueblos y espacios naturales. Y demuestra que se puede generar riqueza en zonas que hasta hace poco eran origen de emigración.
15.500 casas rurales y cada vez más.
Cada año se registran en España un 8% de alojamientos rurales respecto al año anterior. Una tendencia que se viene experimentando desde el 2011. El periódico La Información resalta que el turismo rural representa un 27% de cuota de mercado del sector turístico nacional. En un país que es una potencia turística internacional, estos datos son para tener en cuenta.
Una de las características que tiene el turismo rural es que está operativo durante todo el año. No es un turismo de temporada como puede ser el turismo de playa, que solo funciona los meses de verano. Los alojamientos rurales son una de las principales alternativas para escapadas de fin de semana y puentes señalados. Todo esto sin menosprecio de que el verano es la estación en la que presenta un mayor nivel de ocupación.
Según un estudio elaborado por Toprural, un portal digital internacional de alojamientos rurales, el turista rural en España gasta una media de 64 € al día. 34 € corresponden al alojamiento y 31 € a otros conceptos. Según este mismo estudio, un 59% de los turistas se alojan en hoteles rurales y 41% en casas. Los hoteles rurales tienen servicio de habitaciones y de comidas, mientras las casas rurales vendrían a ser como un apartamento. En ocasiones, grupos de personas, como puede ser una familia entera o un grupo de amigos, alquilan el edificio entero.
La clientela del turismo rural sigue siendo fundamentalmente nacional. Representa cerca de un 92% de las reservas. En su mayoría se trata de personas con estudios superiores y con un nivel adquisitivo medio alto, con edades comprendidas entre los 35 y los 60 años. Viajan al campo en busca de relax, de entrar en contacto con la naturaleza y de conocer la zona, por lo que son proclives a inscribirse en actividades complementarias relacionadas con estos temas, lo cual supone otra fuente de ingresos.
Otro de los atractivos que atrae a los turistas que viajan al campo es conocer la gastronomía y la artesanía del lugar.
Requisitos para montar un alojamiento rural.
La gestión del turismo es una competencia transferida a las Comunidades Autónomas, por tanto, cada una de ellas establece las normas para aceptar alojamientos rurales. La página web Ruralix indica que para que un edificio pueda ser considerado alojamiento rural en Andalucía debe cumplir 5 requisitos. Estos nos pueden servir de referencia para entender las condiciones que debe reunir un alojamiento rural en cualquier parte de España, ya que los requisitos no varían mucho de un sitio a otro. Estos son:
- Estudio de viabilidad. Se trata de un documento en el que se realiza una investigación sobre los gastos que implica poner operativo el edificio para que pueda servir de alojamiento rural con relación a los ingresos previstos. Si la inversión no es muy alta, para inaugurarlo bastará con solicitar la licencia de apertura. Cuando el acondicionamiento requiera una rehabilitación considerable del edificio u obras mayores, habrá que solicitar un visado al colegio de arquitectos.
- Licencia de apertura. Se solicita a la consejería de turismo de la Comunidad Autónoma, y esta la concede previa inspección de los funcionarios técnicos que deben comprobar que el edificio cumple todas las condiciones para ser considerado alojamiento rural. Se valora, entre otras características, el número de plazas ofertado, los materiales de construcción del edificio y su integración en el entorno.
- Inscripción en el registro de turismo. Otro de los trámites que debe efectuar el titular de la casa rural es inscribirse en el Registro de Turismo de la Comunidad Autónoma. Para ello deberá aportar varios documentos como una fotocopia del D.N.I. del propietario de la casa, un recibo del pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (I.B.I.), en el que figure el número del catastro, y un documento en el que aclare el número de meses que la casa estará abierta al público. Este debe ser un mínimo de 8 y en Andalucía debe incluir obligatoriamente los meses de julio, agosto y septiembre. También habrá que notificar la apertura del local a la policía nacional y a la guardia civil.
- Disposición del edificio. Una casa rural deberá estar dividida en viviendas independientes, con un máximo de 3 por edificio. Cada edificio, a no ser que sea un hotel rural, no admitirá más de 20 plazas y dispondrá de un baño con agua caliente cada 6 plazas. La vivienda deberá cumplir las normas de seguridad reglamentarias en materia de incendio, abastecimiento de aguas y saneamiento. En el caso de ser casa rural, dispondrá de una cocina completamente equipada por vivienda.
- Integración en el medio rural. Por último, el alojamiento rural deberá cumplir las características propias de la arquitectura típica de la comarca, y en el caso de que esté ubicada en plena naturaleza, el edificio deberá ser respetuoso con el entorno.
Debemos tener en cuenta de que el alojamiento rural debe estar ubicado en poblaciones con menos de 20.000 habitantes o en entornos naturales, alejados de polígonos industriales, zonas de servicio y áreas de protección de carreteras.
Tramitación.
Existen dos modalidades jurídicas de alojamientos rurales. Las casas rurales, que se supone que son un negocio, y que, por tanto, debe constituirse como una sociedad mercantil o su titular debe ser autónomo, y las Viviendas Turística de Alojamiento Rural (V.T.A.R.), una vivienda particular que se alquila como alojamiento turístico.
Para que se entienda un poco mejor, una V.T.A.R. vendría a ser el análogo rural de un apartamento particular en la playa que alquilamos por periodos cortos durante los meses de verano. Para ello deberemos hacer un contrato de alquiler vacacional que deberá pasar por la cámara de comercio.
Las V.T.A.R. no tributan como una empresa, cosa que si hacen las casas rurales, pero tampoco se beneficiará de los servicios de promoción pública, ni tendrán acceso a subvenciones, ni ayudas.
Para dar de alta una casa rural, el procedimiento es más complejo. En primer lugar, el titular de la casa, o persona que la va a gestionar, deberá darse de alta de autónomo o constituir una Sociedad de responsabilidad Limitada o cualquier otro tipo de sociedad empresarial. Deberá inscribirse en Hacienda en la categoría de alojamiento rural y solicitar al ayuntamiento de la localidad la licencia de apertura, como cualquier otro establecimiento abierto al público.
Antes, deberemos solicitar la licencia de apertura a la Consejería de Turismo de la Comunidad Autónoma. Una licencia que es diferente a la que concede el ayuntamiento y que constata que el edificio cumple con los requisitos para poder albergar turistas. Si no se concediera, la Consejería deberá notificar que deficiencias ha encontrado, a fin de que los titulares las subsanen.
Posteriormente, la casa deberá inscribirse en el Registro de Turismo de la Comunidad Autónoma y en el Registro Provincial de Alojamientos Turísticos.
Montar un alojamiento rural es una interesante opción de negocio para aquellos empresarios que no quieren salir de su pueblo y aquellos que desean marcharse al campo.