De forma generalizada, se habla de la importancia de la salud oral para mantener sano todo el organismo, a parte de la zona bucal. Es más que habitual escuchar que hay que mantener una cuidada higiene dental pues muchas enfermedades sistémicas pueden derivar de un mal cuidado de dientes y encías. Lo cierto es que así es, todo eso que nos dicen y repiten hasta la saciedad es así. Hay que mantener sanos dientes y encías para evitar padecer enfermedades que originándose en la cavidad oral pueden derivar en otra serie de problemas. Si no que se lo pregunten a los profesionales del sector de HQ Tenerife, conocedores de todo tipo de patologías dentales.
Sin embargo, hoy vamos a dedicar este post a la importancia de la salud en general para mantener nuestra cavidad oral en condiciones óptimas. Pues existen numerosas enfermedades sistémicas, que contribuyen a un empeoramiento de las posibles patologías bucales, con independencia de que llevemos a cabo una correcta higiene dental.
Dado que la cavidad oral se haya expuesta de forma constante a diferentes factores como los microorganismos que pasan por ella, la calidad de la saliva y la propia respuesta del organismo ante la interacción de ciertos medicamentos, no es de extrañar que, en numerosas ocasiones, nuestra salud oral, se vea afectada por padecer algún otro tipo de patología en el organismo.
Dentro del amplio espectro de enfermedades que puede sufrir una persona, las que con mayor posibilidad pueden influir y afectar a la salud de nuestra boca, cabe mencionar las enfermedades hematológicas, los desordenes endocrinos, las condiciones autoinmunes, gastrointestinales, los desordenes relacionados con el metabolismo, algunas neoplasias y las enfermedades infecciosas.
Muchas veces, estas enfermedades no son tenidas en cuenta a la hora de visitar al dentista. La gran mayoría, ignoramos que padecer alguna de las patologías relacionadas con las enfermedades citadas, puede provocar problemas en nuestros dientes y encías sin que nos demos cuenta, hasta que ya están ahí.
Enfermedades sistémicas que influyen en la salud oral
Conocer algunas de esas enfermedades que pueden afectar de forma más o menos directa a la salud oral, puede ayudar en la prevención de la aparición de dichas molestias o problemas. Demos un repaso por las mas relevantes.
Algunas de las enfermedades que implican desordenes endocrinos, como la diabetes mellitus, las que implican a la glándula tiroides, el síndrome de Cushing y la enfermedad de Addison pueden producir problemas en la boca. Entre estas, la mas común es la diabetes, cuyos pacientes, tienen comprometida la capacidad de cicatrización, complicando notablemente los resultados de algunos tratamientos dentales y aumentando en gran medida el riesgo de infecciones.
Los pacientes diabéticos, son mucho mas propensos a padecer enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis. Del mismo modo que puede verse comprometida la salivación, llegando a provocar un incremento en la aparición de caries o, incluso, desarrollar candidiasis oral.
Por estas razones, los diabéticos, deben llevar rigurosamente las indicaciones de los médicos, seguir sus tratamientos y mantener una higiene bucal con las recomendaciones del dentista. La dieta, es fundamental para controlar la enfermedad.
Los pacientes de enfermedad de Addison, son propensos a sufrir pigmentaciones oscuras en la mucosa y esto, llevar a candidiasis.
El grupo de las enfermedades hematológicas, entre las que se encuentran la anemia y la leucemia, afectan a los componentes sanguíneos. Los pacientes que sufren anemia ferropénica, que implica la falta de hierro en la sangre y la disminución de glóbulos rojos, puede causar inflamación en la lengua, ardor en la boca, dolor, pérdida de las papilas, quelitis anular (irritación de las comisuras labiales) y atrofia de la mucosa.
En los casos de leucemia, las afecciones son más agresivas, produciendo sangrados, ulceraciones y manchas dolorosas.
Cualquiera de estas patologías, pueden dar origen a las afecciones orales sin que el paciente sea consciente de que sufre un problema mayor que debe recibir un tratamiento específico.
Otro de los grandes grupos de enfermedades, son las conocidas como autoinmunes. Este tipo de patologías, son las aquellas en las que el sistema inmune se haya comprometido, atacando a las células del cuerpo por error. Existen numerosas enfermedades de esta índole, las más frecuentes en lo que a implicaciones bucales respecta, son el lupus eritematoso, el liquen plano y el pénfigo vulgar.
Estas patologías, tienen manifestaciones semejantes en lo que a la boca se refiere. Son habituales, las ampollas, ulceras y lesiones erosivas en toda la cavidad oral. Es fundamental un cuidado exhaustivo y la medicación estricta para evitar la aparición de estas lesiones.
La artritis reumatoide, enfermedad autoinmune por excelencia, puede complicar la saludo oral, presentado dolor intenso en la articulación temporomandibular y problemas en el propio desarrollo del hueso mandibular.
Fácilmente asociables son las enfermedades gastrointestinales, dado que la boca es el inicio del sistema digestivo, es más fácil detectar problemas en la misma cuando se padecen gastritis, bulimia o enfermedad de Crohn. Estas condiciones, pueden afectar a la mucosa oral, siendo gastritis y bulimia las que afectan esta parte de forma más directa.
La presencia frecuente de los jugos gástricos generados por el reflujo y los vómitos, queman la mucosa, afectando prácticamente a toda la cavidad oral, bajan el pH, erosionan los dientes e incrementan el riesgo de padecer caries y halitosis.
Cuando sucede algún crecimiento anómalo y descontrolado, sin estimulo aparente, nos encontramos ante una neoplasia. Es habitual encontrarlos la cavidad oral, en diversas formas dependiendo de la zona, el tejido y las condiciones bucales.
Aunque neoplasia no es sinónimo de cáncer o tumor maligno, algunas lesiones de esta clase, pueden volverse malignas, por lo que hay que mantenerlas controladas. La forma en la que estas neoplasias afectan a la salud bucal es muy variada, según su tipología. Puede afectar al habla, la masticación u otros procesos.
Las enfermedades infecciosas como el VIH, el herpes simple o el Citomegalovirus, suelen afectar a la mucosa bucal. En el caso del VIH, la afección puede llegar a comprometer las encías, presentando una enfermedad periodontal muy agresiva.
El herpes simple, tiene una manifestación muy frecuente en forma de vesículas que evolucionan a ulceras. Normalmente aparecen en la zona del labio superior y no tiene cura, aunque se mantiene a raya con antivirales.
Los más pequeños pueden presentar el herpes en forma de estomatitis herpética, en estos casos, se desarrollan numerosas aftas en la cavidad oral, siendo muy dolorosas. El Citomegalovirus, comúnmente conocido como enfermedad del beso, puede manifestarse de forma similar.
Consideraciones
Teniendo en cuenta todas las enfermedades que pueden derivar en problemas que comprometan la salud oral, hay que ser conscientes de la importancia de este hecho. Puesto que la boca es la puerta de entrada de los alimentos y líquidos, así como de numerosos microrganismos, sus cuidados no deben decaer en ningún momento.
No solo hay que acudir al dentista cuando tenemos problemas directamente relacionados con su campo. Cuando se padecen otro tipo de enfermedades, no hay que subestimar la salud dental, ni mucho menos pensar que puede ser un problema causado por la enfermedad sistémica y se solucionará con ella. Al contrario, es en esos casos en los que se padece algún tipo de enfermedad que pueda implicar en mayor o menor medida a la cavidad oral, en los que las recomendaciones tanto del especialista como el odontólogo, deben seguirse de forma rigurosa.
Las molestias que se generan en la boca pueden resultar en males mayores, pues en algunos casos, la dificultad para ingerir los alimentos o los propios medicamentos, pueden repercutir directamente en la causa subyacente y las consecuencias de la misma.
Es fundamental, mantener una buena salud a todos los niveles, tanto físicos como psíquicos y por supuesto, de nuestra boca.