El cuscús es una sémola de trigo que se obtiene de la molienda de trigo duro refinado. Se elabora, normalmente, con carne y verduras.
Este alimento tiene su origen en el siglo XIII y procede del norte de África, aunque hoy en día es muy posible encontrarlo en la gastronomía de Marruecos.
El cuscús aporta beneficios para nuestra salud. Contiene una gran cantidad de hidratos de carbono y es considerado un antioxidante natural. Uno de sus componentes más importantes es el selenio, un mineral esencial para el cuerpo humano.
Los expertos explican que contiene vitamina B. Este alimento estimula también la regeneración de vitamina C y vitamina E, tienen un papel muy importante en nuestro sistema inmune.
«Al ser un derivado del trigo su composición nutricional es similar, por lo que no es apto para celiacos», dice Adriana Oroz, dietista-nutricionista y autora del libro El método del plato.
«El más recomendable sería el cuscús integral por su mayor riqueza de nutrientes (vitamina E, vitaminas del grupo B y pequeñas dosis de calcio, potasio, hierro y zinc, magnesio y fósforo) y de la fibra», comenta la nutricionista.
También, destaca su facilidad para cocinarlo: «Resulta una opción muy práctica, pues solo hace falta hidratarlo. Se puede hacer en agua o caldo vegetal caliente o incluso un zumo de naranja natural caliente».
La forma de hacerlo es muy sencilla, ya que se necesita agregar agua caliente, y dejarlo reposar hasta que se haya absorbido todo el líquido. Después, separa los grumos con un tenedor.
Es importante controlar la cantidad adecuada de agua, por lo que se necesita 250 ml de agua o caldo por cada 110 g de cuscús. El tiempo hirviendo también hay que tenerlo en cuenta, ya que son 5 minutos.
Debes dejarlo reposar porque estos pequeños gránulos necesitan unos minutos para adquirir la textura adecuada. Este alimento es también idóneo para perder peso porque es bajo en calorías, sodio, colesterol y grasas saturadas.
“Al ser un alimento cuyo aporte calórico se obtiene principalmente de los carbohidratos, es ideal para deportistas, por otro lado deberán consumirlo con moderación quien siga una alimentación donde este nutriente esté limitado, por ejemplo, en dietas hipocalóricas”, explica la nutricionista Glòria Tamayo.
Un dato muy curioso es que el cuscús israelí, ptitim o cuscús perla es una pasta de harina de trigo humedecido y luego tostada al horno.
Tiene forma de pequeños gránulos pero no es igual que el cuscús convencional. Este cuscús se hizo conocido en Israel en la década de los años 50.
«El cuscús tiene un sabor anuezado, bastante neutro, que recoge bien los sabores y se impregna fácilmente con los aromas de los ingredientes con que se cocina. Puede servir para preparar ensaladas nutritivas y coloristas, ya que sus diminutos granos dorados contrastan bien con los verdes y los rojos, como en el tabulé, en el que se mezcla con cebolla, tomate, perejil y menta con un aliño de limón. Este grano suele acompañarse de legumbres y su textura resulta ideal en rellenos de pimientos, calabacines o berenjenas. Además, se pueden preparar con él pasteles salados y ligeros», informa Cuerpomente.
Para probar el cuscús lo mejor es que visites Marruecos en cuanto tengas ocasión. ¡Te encantará sus costumbres, cultura, pueblos, gastronomía, paisajes naturales y sus calles cargadas de historia!
Puedes disfrutar de la sémola en grano con otros ingredientes, principalmente verduras y hortalizas. En Marruecos se usan siete verduras: zanahorias, calabacines, calabaza, pimiento, cebolla, tomates y nabos.
Otros ingredientes que no pueden faltar son los garbanzos y carne de ternera, cordero o pollo. También se suelen añadir pasas y cebollas caramelizadas.
Si estás de viaje en este país puedes probar los «kaab ghzal». Desde Trip to Help, expertos en viajes, explican que se trata de un dulce en forma de media luna o como un cuerno de gacela. Están rellenos de dátiles o almendras y canela. Envueltos en una masa suave y humedecidos en agua de azahar.
El M’semmen, también conocido como Rghaif, son unos crepes planos y cuadrados. La masa está hecha de harina, sémola de trigo duro, levadura seca, azúcar, sal, mantequilla derretida y agua.
El Seffa Medfouna es un guiso de pollo, paloma o carne, que se sirve con fideos finos cocidos al vapor. Por encima se decora con azúcar glas, canela, pasas y almendras fritas.
El Kabsa se trata de un plato de arroz con diferentes especias, verduras y carne, que puede ser de pollo, cabra, cordero, camello o vaca. También se le pueden añadir cebolla, piñones, dátiles, almendras…
¡Te encantará la gastronomía de Marruecos!